Terminaba de
comenzar el año de 1925 y en el pleno extraordinario del día 13 de enero,
siendo alcalde D. Pablo Moreno Moreno, se dice:
“…el presidente espuso a los señores
concejales el objeto de la sesión cual era que el Real de San Vicente se
adhiera al grandísimo homenaje que se prepara en Madrid a los reyes de España
en una manifestación, esta villa debe demostrarle su cariño asi como protestar
ante el caso cinico del libelo Blasco Ibañez.
El señor Hernadez entre elocuentes
palabras, propuso al Ayunt. Que D. Alfonso XIII
y Doña Victoria Eugenia fueran nombrados alcaldes honorarios de este
pueblo, que una comisión se traslade a Madrid el día 23 del actual para asistir
al homenaje, a la cual pueden unirse cuantas entidades lo deseen.
El pleno por unanimidad estuvo
conforme con lo espuesto por los señores que usaron la palabra y acuerda que la
comisión que debe ir a tan brillante acto sea D. Pablo Moreno Moreno, Don Pedro
Sanchez Muñoz y D. Juan Manuel Diaz”
Archivo municipal Real de S. Vicente,
Caja 27-34, libro 3, folio 6v. Cita textual.
Al leer esta
cita me sorprendió por lo anecdótico de la situación, pero tras pensar un poco
me hice la siguiente pregunta:
¿Qué le pasaba a la corona para que un pueblo, “tan insignificante políticamente”, como El Real de San Vicente (Toledo) tuviera que celebrar un pleno extraordinario y manifestarse en apoyo a la monarquía?
¿Qué le pasaba a la corona para que un pueblo, “tan insignificante políticamente”, como El Real de San Vicente (Toledo) tuviera que celebrar un pleno extraordinario y manifestarse en apoyo a la monarquía?
Como
comentaba anteriormente, la manifestación-homenaje fue en 1925, pero el
deterioro de la imagen del monarca venia de varios años atrás. Alfonso XIII,
que al parecer añoraba el absolutismo de su bisabuelo Fernando VII, del que se
dice que nunca tuvo una palabra mala ni una obra buena, intentó en varias
ocasiones saltarse la constitución, obteniendo la negativa por parte del
gobierno de turno que impidieron que el rey tratara a España como si fuera de
su propiedad. Esto le granjeó la
antipatía de los políticos tanto conservadores como liberales que, no obstante,
tenían que convivir con él como proclamaba la Constitución.
Estas
cuestiones políticas no transcendían al pueblo que consideraba al rey como un
personaje simpático, hasta que en julio de 1921ocurrió el Desastre a Annual en
el que perdieron la vida unos diez mil españoles.El
monarca consideraba al ejercito como algo particular, entrometiéndose en él y en
sus mandos sin tener una idea clara. Siempre decía en sus discursos
“nosotros los soldados”. Alguno de sus generales le recordó en más de una
ocasión, que él no era un soldado.
En
Marruecos el general Fernández Silvestre, amigo personal del rey y protegido
suyo, pasando por alto a su superior, el general Dámaso Berenguer comisionado
general de las tropas en Marruecos, y teniendo muy presentes las insinuaciones
de su amigo el rey, que al parecer le gustaba practicar batallas en el salón
con alfileres sobre mapas, se internó por el Rif y se metió en una trampa
preparada por el cabecilla rifeño, y antiguo colaborador suyo, Abd-el-Krim.
El Real de San Vicente hacia 1950
Los
éxitos iniciales confiaron al general Silvestre que dejó desprotegida la retaguardia.
Cuando se quiso dar cuenta del error fue imposible retroceder. Murieron muchos
españoles, la gran mayoría eran jóvenes de clase humilde y trabajadora -los
ricos pagaban para no ir a África-, que hacían el servicio militar obligatorio
en Marruecos, destrozando y poniendo de luto a muchísimas familias españolas
que, ya antes de que ocurriera este
desastre, estaban en contra de la guerra de Marruecos.
El
trágico y luctuoso suceso lo fue más si cabe, cuando se rumoreó, aunque nunca
se pudo probar -más adelante dire por qué -, que el rey, amigo personal del
general Silvestre, era quién había sugerido
a su protegido aquella batalla. El escándalo fue tal que el gobierno
presidido por Manuel Allendesalazar tuvo que dimitir. El monarca encargó al conservador
Antonio Maura formar un gobierno de concentración nacional. El escándalo no
cesaba y este nuevo gobierno se vio obligado a iniciar una investigación. El
Ministro de la Guerra encargó al general Juan Picaso, que elaborara un informe
sobre el desastre ocurrido en Marruecos. El gobierno de Maura no aguantó la
crisis y las consecuencias de tantas muertes: a los ocho meses presentó la
dimisión. Y tras él, los gobiernos de Sánchez Guerra y el de García Prieto
tuvieron el mismo desenlace.
El
general Picaso sorteando trabas de militares, políticos y compañías mineras,
siguió adelante con su investigación. Estaba previsto que el informe Picaso,
como se llamó a dicha investigación, fuera debatido en las Cortes por la
comisión de investigación y ésta emitiera sus conclusiones el 1 de octubre de
1923, pero el 23 de septiembre Miguel Primo de Rivera, capitán general de
Cataluña, con la venia de su majestad Alfonso XIII, dio un golpe de estado
incruento. Por eso decía anteriormente que los rumores que culpaban al rey
de ser el principal instigador de aquel desastre nunca se pudieron probar.
La
situación socio-económica y política de España propició que en los primeros
años casi todo el espectro político apoyara al dictador, que en los primeros
años consiguió que cesara la violencia de los extremistas, tanto de izquierda
como de derecha. Poco a poco la estrella del dictador se fue apagando entre los
españoles cuando con el paso del tiempo se vio que el general no tenía carisma
ni preparación para el cargo que ocupaba. Quiso imitar a Mussolini y crear un
partido único, pero España no era Italia y los dirigentes de los partidos de
izquierda, republicanos y conservadores le fueron retirando su apoyo. Hasta sus
propios compañeros de profesión terminaron dándole la espalda en los últimos
meses de la dictadura. Según se apagaba la estrella de Miguel Primo de Rivera
se iban encendiendo de nuevo las críticas, cada vez más duras, contra el
monarca que seguía apoyando al militar golpista. Al final se vio que la
monarquía no podría sobrevivir sin dictadura, aunque eso ya es otra historia.
Continuará la próxima semana.
Muy curiosa la entrada. Un pedazo de historia.
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