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domingo, 23 de diciembre de 2018

Carta a los Reyes Magos


Queridos Reyes Magos:
No sé si este año vendréis cargados de regalos;  dicen que ya estamos saliendo de la crisis, aunque muchos todavía no lo han notado. No sé si os quedareis a medio camino por falta de presupuesto o algún fondo buitre os haya desahuciado los camellos y tengáis que venir  andando. Por todo ello os voy a pedir cosas que pesan poco y, además, no cuestan mucho dinero,  o al menos eso creo yo.

̶  Que me iluminéis con Vuestra Estrella para mejorar las relaciones conmigo mismo y con los demás.  Aceptar lo que soy y como soy; tolerar y respetar a mis semejantes en sus creencias, su cultura, su color…. Por eso con Vuestra Magia hacer que haya paz en mi corazón, para poder compartir los tesoros que llevo dentro con las personas que quiero y aprecio y, por extensión, a todos los demás; para que la luz de Vuestros  Corazones  haga que todos tengamos más tolerancia y menos intransigencia;  que hagamos del respeto al que piensa y siente diferente,  de cómo lo hacemos nosotros, nuestra forma de vida.

̶  Que cambiéis  mi mente  y  la de todos los demás para  no aferrarnos a los problemas: a veces “los arboles no nos dejan ver el bosque”, que vuestro Hechizo nos haga cerrar los ojos y mirar con el  corazón.  Ayudadnos a sacar  la Felicidad Interior que todos llevamos dentro de nuestro ser y, a veces, nos cuesta tanto exteriorizar y compartir con los que queremos y nos rodean. Y… que recuperemos la capacidad de reírnos de todo y con todos.

Año 2012. Imagen cedida por Isa Ramos


̶  Os pediría que con Vuestra Magia hagáis desaparecer a todos los dirigentes y líderes mundiales ineptos, cuyo único propósito de gobierno es procurar llenar su faltriquera, la de su partido y defender sus privilegios. Y por extensión que iluminéis la mente de aquellos que pueden cambiar las estructuras caducas y obsoletas de nuestra sociedad por otras basadas en el respeto de todas las personas; igualdad de oportunidades para todos sin importar la cuna o el apellido de nacimiento; con una justicia social no solo de palabra sino de verdad, efectiva y que todos veamos, palpemos y sintamos. Que la frase tan repetida de “La Justicia es igual para todos” sea de verdad y deje de haber persona más iguales que otras. Que los políticos con ideas contrapuestas, guiados por Vuestra Hechizo, sean capaces de dialogar y solucionar los conflictos enquistados de nuestra sociedad. Emplear Vuestro Encanto para hacer desaparecer los contratos de pocos días incluso de horas y los empleos basura: las personas que los padecen apenas si tienen un presente y desde luego ninguna perspectiva de futuro.

̶ Que Borréis del mundo la hipocresía, el cinismo  y la corrupción política que tanto daño nos hace a todos.

̶ Que Vuestra Estrella nos guie a todas las personas para que consigamos las metas propuestas en base a valores como la solidaridad, la paz, la libertad y el derecho a la diferencia y a la conciencia crítica.

̶ Que iluminéis a los dirigentes de Hacienda para que en la próxima declaración de la renta, y en las siguientes, incluya una casilla  ̶ como ahora se hace para el que quiera ayudar a la Iglesia y a  otros fines sociales ̶,  para que los ciudadanos podamos decidir  ̶ incluso con casillas en blanco para poner nombres ̶  si queremos que con nuestros impuestos se page el sueldo a los políticos ladrones, rufianes, corruptos y mal educados, que no actúan en nombre de los ciudadanos que les votan, y que les pagamos el sueldo, sino que se representan a sí mismos, a sus intereses particulares y de partido, que nos toca sufrir y padecer.

̶ Acordaros de todos los niños ¡no dejéis ninguno sin su juguete!

̶  Y si así como sin querer se os escapa o dejáis caer algún libro por casa, para obsequiarme con una buena historia en una lectura reposada y tranquila, os lo agradeceré.

̶  Y por favor, que el sol siga saliendo cada día  y que las estrellas, incluida la Vuestra, brillen cada noche sin pedir permiso.
Atentamente:
Antonio Sánchez

martes, 18 de diciembre de 2018

Presentación de "Ladrón de Neveras" en Castillo de Bayuela


El próximo sábado día 22 de diciembre a las 7 de la  tarde nuestro amigo y colaborador de Aguasal, Antonio Sánchez de Moreno presenta su novela, "Ladrón de Neveras" en Castillo de Bayuela. será en el salón de plenos del ayuntamiento.
 Antonio Sánchez de Moreno es licenciado en Ciencias. Empezó a leer novelas a su abuela mientras ésta confeccionaba prendas de lana en las largas noches de invierno, en una época en que la televisión era un articulo de lujo. Desde entonces es un apasionado de la lectura. Colabora, además, con dos revistas locales contando historias y cuentos relacionados con su pueblo, El Real de San Vicente.
 
 En “Ladrón de neveras”, un joven comercial lleva su producto y lo ofrece casa por casa. Tiene la habilidad de abrir las puertas y no hay cerradura que se le resista. Durante sus ventas diarias, si ve una casa sola, no duda en entrar y satisfacerse. hasta que un día se lleva una sorpresa que le cambiará la vida.
 
 
La revista Aguasal felicita a su colaborador habitual, Antonio Sánchez de Moreno por su nuevo trabajo y anima a todos los bayoleros a que asistan a la presentación que el autor va hacer de su novela en el salón de planos del ayuntamiento el 22 de diciembre a las 19:00 horas.
 
Copiado de la Revista Aguasal
 

lunes, 10 de diciembre de 2018

El Pucherazo Realeño (y II)


Cuenta el ilustre maestro Enrique Magaña en su obra autobiográfica, “Girones de una vida”, que en un pueblo de Cuidad Real donde estuvo destinado antes de ir a nuestro pueblo, que unos meses antes de las elecciones, hicieron un tabique de madera para separar su escuela de la sala de plenos del ayuntamiento. En la sala de plenos para disimular el tabique pusieron un armario. El día de las elecciones uno de sus alumnos, sin el maestro saber nada ya que había entregado la llave de la escuela al secretario, a través del tabique se escondió en el armario de la sala de plenos. A la hora de comer,  para hacerlo con tranquilidad, los que estaban a cargo de la mesa electoral metieron la urna en el armario. Lógicamente allí había interventores de los dos partidos. Los del partido que había preparado la trampa, llevaron la conversación por unos derroteros por los que casi se llegó a discutir y sobre todo se dieron voces. Era lo que pretendían para facilitar al muchacho,  que se había metido en el armario antes de que comenzaran las votaciones, que cambiara las papeletas, sacando las que no interesaban por las del partido ganador.

Gerald Brenan en su obra ”El Laberinto Español”, cuenta que en una ocasión votaron los setecientos muertos del cementerio de una ciudad, que en vida no sabían leer ni escribir, y después de muertos aprendieron expresamente para ir a votar.

En nuestro pueblo, El Real de San Vicente, a principios de siglo XX, también se empleaban estas artimañas para adulterar los resultados de las elecciones. Don Eusebio Díaz Moreno, notario de Talavera y hombre de mucha influencia en Toledo, quizá por su condición de diputado, enviaba una bolsa de cuero llena de dinero, a nuestro paisano y vecino  Lorenzo Moreno Miguel. Este hombre era el encargado de comprar los votos a favor de don Eusebio. Algunos  mayores del pueblo comentan que mucha gente, el día de las elecciones,  entraba en casa de Lorenzo Moreno Miguel y le preguntaban a quien tenían que votar. Lorenzo les daba la papeleta del voto y el duro correspondiente.  Por aquellas fechas, un duro era un jornal buenísimo. En la huelga general de 1917 una de las reivindicaciones de los trabajadores era un salario mínimo de 4 pesetas. Unos años más tarde,  en 1936, el jornal estaba en torno a las cinco pesetas. No siempre votaban al mismo partido aunque si al mismo hombre, dado que el notario de Talavera alguna vez cambió de partido.

Todo este sistema de engaño y manipulación recibía el nombre de “Pucherazo”

Curiosamente para votar, como decíamos al principio, había que saber leer. En España la enseñanza hasta principios del siglo XX ha sido calamitosa. Y no porque los españoles fueran malos estudiantes, que de todo habría. El bajo nivel de educación en nuestro país se remonta a comienzos del siglo XVIII, y el responsable principal de ello es la Iglesia que controlaba la enseñanza de las universidades y proporcionaba la mayor parte de los profesores. Hasta 1836 los encargados de la enseñanza han sido el alto clero y las órdenes religiosas. En aquellos años la Iglesia aun estaba convaleciente del golpe que le asestó la Revolución Francesa (1879), y sentía un pánico atroz al “saber”.
                             Niños del la escuela  año1915 aprox.
                                   Archivo de imágenes de ACDT El Piélago.
 
 
 Por este motivo no enseñaban matemáticas, ni ciencias, ni agricultura, ni economía política, materias “muy peligrosas” excepto para sabios teólogos. En las escuelas elementales era aun peor ya que se IMPEDÍA deliberadamente que los hijos de la clase humilde y trabajadora aprendieran a LEER. Únicamente se les enseñaba a coser, hacer tareas manuales y a RECITAR el catecismo. Otros tan culpables como la Iglesia o quizá más aun, son los gobernantes que más que tener hemos padecido. Como muestra un botón: siendo  Juan Bravo Murillo Presidente del Consejo de Ministros de Isabel II, se debatía en Las Cortes una propuesta de los liberales sobre la enseñanza, a la que Bravo Murillo contestó: “¿Ustedes desean que yo autorice una escuela a la cual asistan 600 trabajadores? No en mis días. Aquí no necesitamos hombres que piensen; lo que necesitamos es bueyes que trabajen”

Con esta clase de  gobernantes, el que en las escuelas enseñaran RECITAR, que no a leer, el catecismo, estaba más que justificado. Los sucesivos gobiernos liberales poco a poco consiguieron paliar esta situación y lograron que la enseñanza primaria fuera universal apartándola del control clerical. La Iglesia entonces dirigió su atención a la enseñanza secundaria de las clases medias y altas. Los colegios de los jesuitas llegaron a ser de lo más selecto. Aunque había voces dentro de los propios católicos, como Gabriel Maura Gamazo, conde de Mortera, conservador y fervoroso católico como su padre, Antonio Maura,   que decía que los jesuitas no enseñaban, domesticaban, ya que en sus centros los castigos corporales y las vejaciones  físicas estaban a la orden del día.

Visto lo visto y ante los  recortes actuales en la enseñanza, y dado que los gobernantes de hoy sin los nietos y biznietos de los conservadores de entonces, uno no deja de preguntarse  ¿Qué se busca con tanto recorte en la educación de los niños y jóvenes de hoy? ¿Personas mal instruidas y por tanto  poco cualificadas  mañana?  ¿Bueyes que trabajen como decía Bravo Murillo? Personas de estas características serán mano de obra barata, y desde luego, mucho más dóciles de gobernar, engañar y manipular.

Este Articulo lo publiqué en la Revista Real en 2014.
           

lunes, 3 de diciembre de 2018

El Pucherazo Realeño (I)

 

 

Pese a que lo pueda parecer, este artículo no habla de gastronomía realeña, aunque bien pudiera hacerlo por los ricos y variados platos, con sus guisos, sus salsas, sus salmorejos…que tenemos en El Real. En este artículo hablaremos de elecciones y de votos. Para comenzar tenemos que saber cuándo y por qué se empleó el término “Pucherazo”

Esta palabra comenzó a emplearse en los últimos años del siglo XIX, cuando Antonio Cánovas del Castillo, uno de los políticos más inteligentes que hemos tenido se inventó la Restauración borbónica. Corría el año de 1875.

Durante todo el siglo XIX, salvo raras excepciones, los españoles hemos estado divididos por gobiernos que favorecían esa división. Después de unirnos todos para luchar contra el invasor francés, España tuvo 26 años de gobierno reaccionario (Fernando VII) y guerra civil (1ª Guerra Carlista). Durante el reinado de Isabel II se sucedieron los gobiernos militares, según el gusto de alcoba de la Reina;  la 2ª Guerra Carlista; un monarca extranjero que renunció a los pocos meses; una Revolución, La Gloriosa que desembocó en la 1ªRepublica Española de corta duración; y la 3ªGuerra Carlista.

Con un pueblo desmotivado políticamente y arto de tanto gobierno, que escasamente duraban 20 meses, comenzó Cánovas a levantar un nuevo estado y una nueva Constitución, la sexta  del siglo XIX. Le guiaban dos principios fundamentales: 1)- Mantener al ejército alejado del poder, y 2)- no confiar en elecciones libres. Después de sucesivos gobiernos de generales desastrosos para todos excepto para los militares, era lógico que el político conservador quisiera tenerlos alejados del poder. El segundo principio resulta difícil de entender en un hombre que admiraba el sistema parlamentario ingles y su sistema electoral. En la nueva Constitución introdujo un requiso censitario por el cual las clases trabajadoras, en su mayoría analfabetas, quedaban excluidas del derecho al voto. Y aunque había libertad de prensa, no hubo una sola elección limpia, seria y autentica.

                    Calle de la Luna con la de Carmen García Rubio o R30
 
Cánovas pensaba que España debía estar gobernada por las clases altas e ilustradas del país, que eran los que tenían derecho al voto. La clase ilustrada mayoritariamente era radical o republicana y este era el principal motivo de controlar las elecciones. Unas elecciones libres hubieran dado al traste con su plan restaurador. En todo el siglo XIX cuando los liberales llegaban al gobierno era por medio de la violencia, golpes militares…etc. Cánovas, hombre de una inteligencia y una cultura poco común en aquellos tiempos, que sabia y conocía el peligro que esta forma de llegar al poder entrañaba, arregló las cosas para que gobiernos conservadores fueran reemplazados regularmente por los liberales. Su plan era dimitir  y dar paso  a los liberales, cuando una crisis económica o de cualquier otro tipo amenazara las estructuras del país por él creadas. Los liberales hacían lo mismo, no habiendo grandes diferencias entre un gobierno u otro, a excepción de que los liberales se preocupaban por la educación y eran anticlericales, y los conservadores se preocupaban más, aunque su preocupación era escasa, por la agricultura y las condiciones de trabajo.

Cánovas conservador y Sagasta liberal, sellaron un pacto en 1885 ante el lecho de muerte del rey Alfonso XII: seguir el método de dos partidos que se turnan en el poder, y de esta forma no perturbar la dinastía monárquica. La regla establecida era que el gobierno que organizaba las elecciones tenía que ganarlas, y la forma de turnarse en el gobierno era la dimisión ante cualquier dificultad. Se daba por hecho quien ganaría las elecciones, hasta el punto de que en alguna ocasión se publicaron en los diarios los nombres de los ganadores antes de las elecciones. Para conseguirlo la maquinaria electoral tenía su sede en el Ministerio de la Gobernación. Desde este ministerio se daban órdenes a los gobernadores provinciales con los nombres de los que debían ganar las elecciones en cada ayuntamiento, e incluso el porcentaje de votos. También salían los nombres del partido rival en número suficiente para que en las Cortes hubiera una oposición. Ante todo había que guardar las formas. En las grandes ciudades el gobierno civil contaba con la policía y las autoridades para amañar los resultados electorales. En los pueblos contaban con los caciques, que eran los encargados de apañar las elecciones a gusto del Gobernador Civil de turno.  Las triquiñuelas empleadas para conseguirlo eran variadas: confeccionar las listas de votantes donde solo aparecían los que se sabía de antemano que votarían según lo acordado, manipular las urnas, sobornado o amenazando a los votantes…etc.

...continuará la próxima semana.
Foto del archivo de imágenes de la ACDT El Piélago