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domingo, 23 de diciembre de 2018

Carta a los Reyes Magos


Queridos Reyes Magos:
No sé si este año vendréis cargados de regalos;  dicen que ya estamos saliendo de la crisis, aunque muchos todavía no lo han notado. No sé si os quedareis a medio camino por falta de presupuesto o algún fondo buitre os haya desahuciado los camellos y tengáis que venir  andando. Por todo ello os voy a pedir cosas que pesan poco y, además, no cuestan mucho dinero,  o al menos eso creo yo.

̶  Que me iluminéis con Vuestra Estrella para mejorar las relaciones conmigo mismo y con los demás.  Aceptar lo que soy y como soy; tolerar y respetar a mis semejantes en sus creencias, su cultura, su color…. Por eso con Vuestra Magia hacer que haya paz en mi corazón, para poder compartir los tesoros que llevo dentro con las personas que quiero y aprecio y, por extensión, a todos los demás; para que la luz de Vuestros  Corazones  haga que todos tengamos más tolerancia y menos intransigencia;  que hagamos del respeto al que piensa y siente diferente,  de cómo lo hacemos nosotros, nuestra forma de vida.

̶  Que cambiéis  mi mente  y  la de todos los demás para  no aferrarnos a los problemas: a veces “los arboles no nos dejan ver el bosque”, que vuestro Hechizo nos haga cerrar los ojos y mirar con el  corazón.  Ayudadnos a sacar  la Felicidad Interior que todos llevamos dentro de nuestro ser y, a veces, nos cuesta tanto exteriorizar y compartir con los que queremos y nos rodean. Y… que recuperemos la capacidad de reírnos de todo y con todos.

Año 2012. Imagen cedida por Isa Ramos


̶  Os pediría que con Vuestra Magia hagáis desaparecer a todos los dirigentes y líderes mundiales ineptos, cuyo único propósito de gobierno es procurar llenar su faltriquera, la de su partido y defender sus privilegios. Y por extensión que iluminéis la mente de aquellos que pueden cambiar las estructuras caducas y obsoletas de nuestra sociedad por otras basadas en el respeto de todas las personas; igualdad de oportunidades para todos sin importar la cuna o el apellido de nacimiento; con una justicia social no solo de palabra sino de verdad, efectiva y que todos veamos, palpemos y sintamos. Que la frase tan repetida de “La Justicia es igual para todos” sea de verdad y deje de haber persona más iguales que otras. Que los políticos con ideas contrapuestas, guiados por Vuestra Hechizo, sean capaces de dialogar y solucionar los conflictos enquistados de nuestra sociedad. Emplear Vuestro Encanto para hacer desaparecer los contratos de pocos días incluso de horas y los empleos basura: las personas que los padecen apenas si tienen un presente y desde luego ninguna perspectiva de futuro.

̶ Que Borréis del mundo la hipocresía, el cinismo  y la corrupción política que tanto daño nos hace a todos.

̶ Que Vuestra Estrella nos guie a todas las personas para que consigamos las metas propuestas en base a valores como la solidaridad, la paz, la libertad y el derecho a la diferencia y a la conciencia crítica.

̶ Que iluminéis a los dirigentes de Hacienda para que en la próxima declaración de la renta, y en las siguientes, incluya una casilla  ̶ como ahora se hace para el que quiera ayudar a la Iglesia y a  otros fines sociales ̶,  para que los ciudadanos podamos decidir  ̶ incluso con casillas en blanco para poner nombres ̶  si queremos que con nuestros impuestos se page el sueldo a los políticos ladrones, rufianes, corruptos y mal educados, que no actúan en nombre de los ciudadanos que les votan, y que les pagamos el sueldo, sino que se representan a sí mismos, a sus intereses particulares y de partido, que nos toca sufrir y padecer.

̶ Acordaros de todos los niños ¡no dejéis ninguno sin su juguete!

̶  Y si así como sin querer se os escapa o dejáis caer algún libro por casa, para obsequiarme con una buena historia en una lectura reposada y tranquila, os lo agradeceré.

̶  Y por favor, que el sol siga saliendo cada día  y que las estrellas, incluida la Vuestra, brillen cada noche sin pedir permiso.
Atentamente:
Antonio Sánchez

martes, 18 de diciembre de 2018

Presentación de "Ladrón de Neveras" en Castillo de Bayuela


El próximo sábado día 22 de diciembre a las 7 de la  tarde nuestro amigo y colaborador de Aguasal, Antonio Sánchez de Moreno presenta su novela, "Ladrón de Neveras" en Castillo de Bayuela. será en el salón de plenos del ayuntamiento.
 Antonio Sánchez de Moreno es licenciado en Ciencias. Empezó a leer novelas a su abuela mientras ésta confeccionaba prendas de lana en las largas noches de invierno, en una época en que la televisión era un articulo de lujo. Desde entonces es un apasionado de la lectura. Colabora, además, con dos revistas locales contando historias y cuentos relacionados con su pueblo, El Real de San Vicente.
 
 En “Ladrón de neveras”, un joven comercial lleva su producto y lo ofrece casa por casa. Tiene la habilidad de abrir las puertas y no hay cerradura que se le resista. Durante sus ventas diarias, si ve una casa sola, no duda en entrar y satisfacerse. hasta que un día se lleva una sorpresa que le cambiará la vida.
 
 
La revista Aguasal felicita a su colaborador habitual, Antonio Sánchez de Moreno por su nuevo trabajo y anima a todos los bayoleros a que asistan a la presentación que el autor va hacer de su novela en el salón de planos del ayuntamiento el 22 de diciembre a las 19:00 horas.
 
Copiado de la Revista Aguasal
 

lunes, 10 de diciembre de 2018

El Pucherazo Realeño (y II)


Cuenta el ilustre maestro Enrique Magaña en su obra autobiográfica, “Girones de una vida”, que en un pueblo de Cuidad Real donde estuvo destinado antes de ir a nuestro pueblo, que unos meses antes de las elecciones, hicieron un tabique de madera para separar su escuela de la sala de plenos del ayuntamiento. En la sala de plenos para disimular el tabique pusieron un armario. El día de las elecciones uno de sus alumnos, sin el maestro saber nada ya que había entregado la llave de la escuela al secretario, a través del tabique se escondió en el armario de la sala de plenos. A la hora de comer,  para hacerlo con tranquilidad, los que estaban a cargo de la mesa electoral metieron la urna en el armario. Lógicamente allí había interventores de los dos partidos. Los del partido que había preparado la trampa, llevaron la conversación por unos derroteros por los que casi se llegó a discutir y sobre todo se dieron voces. Era lo que pretendían para facilitar al muchacho,  que se había metido en el armario antes de que comenzaran las votaciones, que cambiara las papeletas, sacando las que no interesaban por las del partido ganador.

Gerald Brenan en su obra ”El Laberinto Español”, cuenta que en una ocasión votaron los setecientos muertos del cementerio de una ciudad, que en vida no sabían leer ni escribir, y después de muertos aprendieron expresamente para ir a votar.

En nuestro pueblo, El Real de San Vicente, a principios de siglo XX, también se empleaban estas artimañas para adulterar los resultados de las elecciones. Don Eusebio Díaz Moreno, notario de Talavera y hombre de mucha influencia en Toledo, quizá por su condición de diputado, enviaba una bolsa de cuero llena de dinero, a nuestro paisano y vecino  Lorenzo Moreno Miguel. Este hombre era el encargado de comprar los votos a favor de don Eusebio. Algunos  mayores del pueblo comentan que mucha gente, el día de las elecciones,  entraba en casa de Lorenzo Moreno Miguel y le preguntaban a quien tenían que votar. Lorenzo les daba la papeleta del voto y el duro correspondiente.  Por aquellas fechas, un duro era un jornal buenísimo. En la huelga general de 1917 una de las reivindicaciones de los trabajadores era un salario mínimo de 4 pesetas. Unos años más tarde,  en 1936, el jornal estaba en torno a las cinco pesetas. No siempre votaban al mismo partido aunque si al mismo hombre, dado que el notario de Talavera alguna vez cambió de partido.

Todo este sistema de engaño y manipulación recibía el nombre de “Pucherazo”

Curiosamente para votar, como decíamos al principio, había que saber leer. En España la enseñanza hasta principios del siglo XX ha sido calamitosa. Y no porque los españoles fueran malos estudiantes, que de todo habría. El bajo nivel de educación en nuestro país se remonta a comienzos del siglo XVIII, y el responsable principal de ello es la Iglesia que controlaba la enseñanza de las universidades y proporcionaba la mayor parte de los profesores. Hasta 1836 los encargados de la enseñanza han sido el alto clero y las órdenes religiosas. En aquellos años la Iglesia aun estaba convaleciente del golpe que le asestó la Revolución Francesa (1879), y sentía un pánico atroz al “saber”.
                             Niños del la escuela  año1915 aprox.
                                   Archivo de imágenes de ACDT El Piélago.
 
 
 Por este motivo no enseñaban matemáticas, ni ciencias, ni agricultura, ni economía política, materias “muy peligrosas” excepto para sabios teólogos. En las escuelas elementales era aun peor ya que se IMPEDÍA deliberadamente que los hijos de la clase humilde y trabajadora aprendieran a LEER. Únicamente se les enseñaba a coser, hacer tareas manuales y a RECITAR el catecismo. Otros tan culpables como la Iglesia o quizá más aun, son los gobernantes que más que tener hemos padecido. Como muestra un botón: siendo  Juan Bravo Murillo Presidente del Consejo de Ministros de Isabel II, se debatía en Las Cortes una propuesta de los liberales sobre la enseñanza, a la que Bravo Murillo contestó: “¿Ustedes desean que yo autorice una escuela a la cual asistan 600 trabajadores? No en mis días. Aquí no necesitamos hombres que piensen; lo que necesitamos es bueyes que trabajen”

Con esta clase de  gobernantes, el que en las escuelas enseñaran RECITAR, que no a leer, el catecismo, estaba más que justificado. Los sucesivos gobiernos liberales poco a poco consiguieron paliar esta situación y lograron que la enseñanza primaria fuera universal apartándola del control clerical. La Iglesia entonces dirigió su atención a la enseñanza secundaria de las clases medias y altas. Los colegios de los jesuitas llegaron a ser de lo más selecto. Aunque había voces dentro de los propios católicos, como Gabriel Maura Gamazo, conde de Mortera, conservador y fervoroso católico como su padre, Antonio Maura,   que decía que los jesuitas no enseñaban, domesticaban, ya que en sus centros los castigos corporales y las vejaciones  físicas estaban a la orden del día.

Visto lo visto y ante los  recortes actuales en la enseñanza, y dado que los gobernantes de hoy sin los nietos y biznietos de los conservadores de entonces, uno no deja de preguntarse  ¿Qué se busca con tanto recorte en la educación de los niños y jóvenes de hoy? ¿Personas mal instruidas y por tanto  poco cualificadas  mañana?  ¿Bueyes que trabajen como decía Bravo Murillo? Personas de estas características serán mano de obra barata, y desde luego, mucho más dóciles de gobernar, engañar y manipular.

Este Articulo lo publiqué en la Revista Real en 2014.
           

lunes, 3 de diciembre de 2018

El Pucherazo Realeño (I)

 

 

Pese a que lo pueda parecer, este artículo no habla de gastronomía realeña, aunque bien pudiera hacerlo por los ricos y variados platos, con sus guisos, sus salsas, sus salmorejos…que tenemos en El Real. En este artículo hablaremos de elecciones y de votos. Para comenzar tenemos que saber cuándo y por qué se empleó el término “Pucherazo”

Esta palabra comenzó a emplearse en los últimos años del siglo XIX, cuando Antonio Cánovas del Castillo, uno de los políticos más inteligentes que hemos tenido se inventó la Restauración borbónica. Corría el año de 1875.

Durante todo el siglo XIX, salvo raras excepciones, los españoles hemos estado divididos por gobiernos que favorecían esa división. Después de unirnos todos para luchar contra el invasor francés, España tuvo 26 años de gobierno reaccionario (Fernando VII) y guerra civil (1ª Guerra Carlista). Durante el reinado de Isabel II se sucedieron los gobiernos militares, según el gusto de alcoba de la Reina;  la 2ª Guerra Carlista; un monarca extranjero que renunció a los pocos meses; una Revolución, La Gloriosa que desembocó en la 1ªRepublica Española de corta duración; y la 3ªGuerra Carlista.

Con un pueblo desmotivado políticamente y arto de tanto gobierno, que escasamente duraban 20 meses, comenzó Cánovas a levantar un nuevo estado y una nueva Constitución, la sexta  del siglo XIX. Le guiaban dos principios fundamentales: 1)- Mantener al ejército alejado del poder, y 2)- no confiar en elecciones libres. Después de sucesivos gobiernos de generales desastrosos para todos excepto para los militares, era lógico que el político conservador quisiera tenerlos alejados del poder. El segundo principio resulta difícil de entender en un hombre que admiraba el sistema parlamentario ingles y su sistema electoral. En la nueva Constitución introdujo un requiso censitario por el cual las clases trabajadoras, en su mayoría analfabetas, quedaban excluidas del derecho al voto. Y aunque había libertad de prensa, no hubo una sola elección limpia, seria y autentica.

                    Calle de la Luna con la de Carmen García Rubio o R30
 
Cánovas pensaba que España debía estar gobernada por las clases altas e ilustradas del país, que eran los que tenían derecho al voto. La clase ilustrada mayoritariamente era radical o republicana y este era el principal motivo de controlar las elecciones. Unas elecciones libres hubieran dado al traste con su plan restaurador. En todo el siglo XIX cuando los liberales llegaban al gobierno era por medio de la violencia, golpes militares…etc. Cánovas, hombre de una inteligencia y una cultura poco común en aquellos tiempos, que sabia y conocía el peligro que esta forma de llegar al poder entrañaba, arregló las cosas para que gobiernos conservadores fueran reemplazados regularmente por los liberales. Su plan era dimitir  y dar paso  a los liberales, cuando una crisis económica o de cualquier otro tipo amenazara las estructuras del país por él creadas. Los liberales hacían lo mismo, no habiendo grandes diferencias entre un gobierno u otro, a excepción de que los liberales se preocupaban por la educación y eran anticlericales, y los conservadores se preocupaban más, aunque su preocupación era escasa, por la agricultura y las condiciones de trabajo.

Cánovas conservador y Sagasta liberal, sellaron un pacto en 1885 ante el lecho de muerte del rey Alfonso XII: seguir el método de dos partidos que se turnan en el poder, y de esta forma no perturbar la dinastía monárquica. La regla establecida era que el gobierno que organizaba las elecciones tenía que ganarlas, y la forma de turnarse en el gobierno era la dimisión ante cualquier dificultad. Se daba por hecho quien ganaría las elecciones, hasta el punto de que en alguna ocasión se publicaron en los diarios los nombres de los ganadores antes de las elecciones. Para conseguirlo la maquinaria electoral tenía su sede en el Ministerio de la Gobernación. Desde este ministerio se daban órdenes a los gobernadores provinciales con los nombres de los que debían ganar las elecciones en cada ayuntamiento, e incluso el porcentaje de votos. También salían los nombres del partido rival en número suficiente para que en las Cortes hubiera una oposición. Ante todo había que guardar las formas. En las grandes ciudades el gobierno civil contaba con la policía y las autoridades para amañar los resultados electorales. En los pueblos contaban con los caciques, que eran los encargados de apañar las elecciones a gusto del Gobernador Civil de turno.  Las triquiñuelas empleadas para conseguirlo eran variadas: confeccionar las listas de votantes donde solo aparecían los que se sabía de antemano que votarían según lo acordado, manipular las urnas, sobornado o amenazando a los votantes…etc.

...continuará la próxima semana.
Foto del archivo de imágenes de la ACDT El Piélago


 

lunes, 26 de noviembre de 2018

El Brujo del Castillo: Maestro Nacional (y V)


Ante el procesamiento el maestro fue perdiendo apoyos institucionales y antes de que le destituyeran  dimitió de sus cargos de alcalde y de Jefe Local del Movimiento en mayo de 1955.

También fue suspendido de empleo y sueldo y tuvo que subsistir dando clases particulares. Hasta que, en el juicio, se vio que éste no tenía nada que ver con su profesión de maestro, y le devolvieron  sus haberes íntegros y su empleo.

No contento el sacerdote, un buen día desde el pulpito dijo que había un descubierto de 125 pesetas  en el libro de los Esclavos de la Virgen, y aunque el maestro como secretario de dicha cofradía, no tocaba ni una peseta, pues se limitaba a poner en el libro  de actas, lo que el tesorero le notificaba, la maniobra estaba clara: para muchos vecinos que no sabían como se llevaba la contabilidad de dicha cofradía, había un claro responsable.

 El párroco no dejó ver el libro para que se corrigiera el posible error ya que “no era su intención subsanar nada de momento, pues quería que los fallos no se corrigiesen y quedasen allí para dar constancia”.

Cansado de esta guerra con el sacerdote y sin entender a que se debía, determinó pedir audiencia con el obispo de Ávila, que era la diócesis a la que pertenecía El Real[1].

La autoridad eclesiástica parece que le escuchó porque pasados diez o doce días el párroco fue destinado a oficinas de Palacio. La misma noche que se despedía  el cura, hubo una especie de manifestación en apoyo al sacerdote cesado, “…, hombres  y mujeres que de vez en cuando gritaban: ¡viva el señor cura! Contestando los demás sin demasiadas ganas según se podía colegir por el escaso ímpetu vocinglero”.

 


Los amigos del sacerdote indignados redactaron un escrito dirigido a la Dirección General de Enseñanza para que el maestro fuera sancionado. El procedimiento para recoger firmas en el pueblo para dicho escrito, con palabras del propio maestro: “…dos o tres cabecillas fueron recorriendo bares y tabernas, en el momento de más concurrencia y con la pluma preparada y solicitando la firma de todos con el fin de conseguir unas buenas ayudas para el pueblo por parte de la Delegación  Provincial de Sindicatos”.

Al  parecer nadie tenía la costumbre de leer y  firmaba sin más. Después de los bares fueron por las casas y dieron con un hombre, cercano al maestro,  que tenía por costumbre, buena y lógica por cierto, de leer todo lo que firmaba. Intentaron quitarle el documento alegando que tenían prisa. No consiguieron arrebatárselo de las manos y cuando leyó el escrito que tenía que firmar, los llamo de todo y fue por los bares y tabernas  para denunciar el engaño a los demás. Muchos de los que habían puesto su firma en el escrito salieron en busca de los que pidieron las firmas para obligar a romper el escrito.

Lo cierto es que el escrito, ese u otro parecido, fue llevado al correo a pesar de que era de noche y no era hora de oficina. El encargado del correo, cercano a las ideas del cura, lo certificó y a la mañana siguiente salió para su destino.

 

En la Dirección General de Enseñanza aunque no hicieron mucho caso del escrito, viendo el currículum del maestro,  le obligaron a cambiar de destino para evitar enfrentamientos con los vecinos, que sí pudieran terminar en sanción.

Le ofrecieron un importante pueblo de Toledo, pero él prefirió seguir cerca de El Real, donde estaba su familia, y escogió Garciotún, donde ejerció su profesión unos años, hasta que se jubiló anticipadamente por enfermedad.

Pasado un tiempo volvió a dar clases, durante nueve años, en una academia en Talavera de la Reina, donde se había trasladado a vivir con su familia, aunque nunca perdió su relación con El Real ya que, los meses de estío, los pasaba en el pueblo huyendo de los calores talaveranos.

 

Este polifacético maestro participó, con diferente suerte, en certámenes literarios. En sus distintos quehaceres aun tuvo tiempo de escribir varios poemas, cuentos y alguna obra teatral. Colaboró con  periódicos como: La Voz de Valdepeñas; Vida Manchega; Diario de Ávila, en este último  mientras estuvo en nuestro pueblo; todos ellos locales o provinciales de los lugares donde ejerció su profesión. Muchos de sus artículos los firmaba con el seudónimo de El Brujo del Castillo, de ahí el titulo de este escrito.

También colaboró, como ya se ha mencionado anteriormente, con los médicos y farmacéuticos de los pueblos por los que pasó. En El Real colaboró y ayudó al farmacéutico Joaquín de Jaén.

Entre sus amigos de juventud se encontraban personalidades que después destacaron en la política nacional como Rodolfo Llopis, presidente de la Republica en el exilio, y Segismundo Casado, al que llamaban Segis, que fue Jefe de Estado Mayor Central durante la guerra y que en los últimos meses de ésta protagonizó un golpe de estado contra la Republica o lo poco que quedaba de ella.

Pasados unos años antiguos alumnos suyos de El Real de San Vicente, ya casados, propusieron hacerle un homenaje al que asistieron las autoridades locales, para reconocer su labor de Maestro durante tantos años. En su honor se convocó un certamen literario en prosa y verso que llevó su nombre y que, por desgracia,  tuvo poca continuidad.
 


Hoy El Real le dedica una calle con su nombre junto con el de otro ilustre maestro “sin duda más merecedor que yo”[2].

Foto1: del archivo de imágenes de la ACDT El Piélago.
Foto2: cedida por Isa Ramos.


[1] Hasta el año 1957 la parroquia de Santa Catalina de El real de San Vicente, perteneció a la diócesis de Ávila. A partir de dicho año pasó a pertenecer a la diócesis de Toledo. Nota del Autor.
[2] Este escrito  está basado la obra autobiografía,  “Girones de una vida” escrita por  el Maestro  Don Enrique Magaña Jiménez. N.A.
 

lunes, 19 de noviembre de 2018

El Brujo del Castillo: Maestro Nacional (IV)


Se encontró un pueblo muy politizado y dividido en dos bandos: los conservadores apegados a las antiguas tradiciones y a la Iglesia, eran  seguidores de Gil Robles y su Acción Popular. Tenían un centro de Acción Popular en el pueblo; y los progresistas inclinados o militantes de los partidos de izquierda, estaban vinculados a la Casa del Pueblo y sobre todo a la UGT.

Se integró con rapidez en la vida del pueblo: formó parte de la Cofradía de Esclavos de la Virgen de los Dolores de la que fue secretario. Se integró en Acción Popular de la que fue asesor. En 1931 formó  parte del ayuntamiento como concejal regidor. En 1933 se presento a las elecciones para alcalde por el Partido Republicano Radical, pero no fue elegido.


La vida en el pueblo era bastante ajetreada, el juzgado de paz tenía mucha actividad debido a las diferencias de ambos bandos y a las denuncias que unos y otros se ponían.

En los plenos del ayuntamiento de esos años existen numerosas quejas  y escritos de varios vecinos denunciando a otros por apropiarse de caminos para unir sus fincas, y de los pastos comunales, pastos y caminos  que pertenecían a todos.

Durante los primeros meses de la guerra civil don Enrique tuvo que esconderse por miedo, estaba amenazado por los milicianos.

Terminada la guerra no se libró, como infinidad de maestros en toda España,  de la depuración. La denuncia al parecer partió del primer alcalde franquista de El Real, con el que tuvo varios encontronazos por la forma en que dicho corregidor, ejercía el poder: a su antojo, sin ningún tipo de control ni miramiento, como si se tratara de un rey absolutista en la localidad. Las gestiones de este alcalde hicieron detener, y después desaparecer, a muchos hombres progresistas del pueblo, entre ellos el anterior alcalde socialista, hombre honrado que impidió que se paseara a muchos hombres de derechas, de hecho en el pueblo no se paseó a ninguno, y se enfrentó y convenció a los milicianos, cuando éstos  se retiraban de Talavera hacia Pelahustán, para que no bombardearan el pueblo.

La denuncia llegó a la comisión depuradora que investigó el pasado de este  insigne maestro, que en sus años jóvenes había militado en la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de la UGT, y aunque de esta militancia ya hacía  mucho tiempo y él alegó que hacía años que había dejado de pertenecer a esta federación, en los documentos incautados por los vencedores al sindicato, no se encontró su renuncia.

Fue suspendido de empleo y sueldo. Hizo las reclamaciones oportunas pero no se libró de la sanción: un traslado forzoso a un pueblo de Teruel durante cuatro años.

 

 

En Gea de Albarracín pueblo en el que, como en todos sus destinos, se integró con facilidad, apenas llegó a estar un año, ya que revisado su expediente, y con sus antecedentes, se suspendió su sanción, volviendo a su antiguo puesto de El Real de San Vicente.

De nuevo en nuestro pueblo y sin dejar de ejercer la enseñanza, fue nombrado alcalde por el Gobernador Civil de Toledo en enero de 1948, ejerciendo durante varios años, con un grupo de concejales, nombrados también por el gobernador, entonces no había la Democracia que tenemos hoy, y según sus propias palabras:”comenzó una labor de equipo que resultó eficaz puesto que pasado poco tiempo de nuestra actuación, se elogiaba reiteradamente entre los distintos ámbitos de la provincia”.

Los niños de la escuela. Año 1962

Como ya hemos citado anteriormente, por todos los pueblos donde  ejerció su profesión, su relación con los sacerdotes de la localidad no tuvo término medio: o le unía una gran amistad o una profunda enemistad. Su enemistad no provenía por no ser creyente ya que, don Enrique, era un hombre profundamente católico y practicante.

En El Real no pudo ser de otro modo y como le dijera Don Quijote a su fiel escudero: “Sancho con la Iglesia hemos topado”, este maestro y alcalde presidente de la Corporación Municipal topó con los representantes de esta Institución en el pueblo. Y no sólo con uno, sino con tres seguidos.  

Estos representantes de Dios en el pueblo con “su actitud conciliadora y como buenos representantes de la Iglesia, paradójicamente dejaron al pueblo dividido sin más”. El último de estos dignos representantes de la Iglesia, un tal don Teodomiro “se encargo de arruinar mi vida profesional y de destrozarme, al menos por un largo tiempo, como persona”
 


La confrontación comenzó con los párrocos anteriores y continuó con el tal don Teodomiro y todo por el pensamiento de toda la vida del maestro, y ahora alcalde, de que él no se metía en asuntos divinos y estos no tenían porqué meterse en asuntos terrenales. Hay que entender que en aquellos años los uniformes y las sotanas eran quienes ostentaban el poder, y ¡hay de aquél que osara enfrentarse a  ellos!
 
 
El párroco aprovechó una denuncia para ponerse al lado de la denunciante, en vista de que ésta tenía una tarjeta de racionamiento falsa firmada por el alcalde. En el juicio,  la señora alegó que el alcalde había rellenado dicha tarjeta, con los datos que ella misma le había dado y que ya constaban en la tarjeta anterior. También se vio una partida de nacimiento con la edad de la hija de la denunciante falseada, y por la que ésta pudo estudiar una carrera antes de tener la edad adecuada, que la misma señora declaró haber sobornado al funcionario del registro, ya fallecido, con una módica cantidad de dinero para que falseara la fecha de nacimiento de su hija.
 
 
Aunque se vio  claramente que el alcalde, Enrique Magaña, no tuvo nada que ver, con su firma como funcionario avalaba dos documentos falsos.
Fue condenado a pagar una multa de 1000 pesetas y a un mes de arresto domiciliario; la denunciante fue condenada a pagar la misma multa y a dos meses de arresto domiciliario, que ninguno llegó a cumplir por beneficiarse de un indulto, sólo tuvieron que pagar los costes del juicio.  

Las fotos son del archivo de Imágenes de la ACDT El Piélago.

...continuará la próxima semana.

 

 

lunes, 12 de noviembre de 2018

Estoy triste, muy triste.


 Interrumpo esta serie de post sobre El Brujo del Castillo porque estoy triste, muy triste:

A muerto un amigo, un buen amigo, un gran amigo.

Por tres o cuatro horas no pudimos despedirte ¡te fuiste con tanta prisa!

¡Qué vida tan injusta! ¡Qué muerte tan ciega, tan… Habiendo personas muy mayores postradas en camas… sufriendo ellos y los que están a su lado…

…y tú, tan joven, con tantas ganas de vivir, de ver crecer a tus nietas, conocer al que está en camino…

Dos días antes pediste a tu mujer que nos dijera que el dinero que pensáramos gastar en coronas y flores, sería mucho más provechoso donándolo para la lucha contra el cáncer.

Tampoco pudimos velarte ni enterrarte acompañando a tu familia, que es nuestra también: con tu último suspiro, tu cuerpo fue trasladado en una  ambulancia a la universidad autónoma. Tan generoso y solidario como siempre: habías donado tu cuerpo a la ciencia para que sigan estudiando contigo algún remedio para los demás.

 


 





Estas paginas

están huérfanas sin tus ojos,

sin tu critica,
sin tus acertados comentarios.
Fuiste grande hasta el último instante:
Tan esplendido, tan generoso, tan solidario…
Nada era tuyo… ni siquiera tu cuerpo.
Te fuiste con la melodía de un arpa
y el sonido del mar que tanto amabas.
Aunque no te veamos estarás siempre a nuestro  lado.
Nadie muere del todo mientras haya alguien que lo recuerde
y tú te ganaste estar en un rinconcito de nuestro corazón
y en un lugar preferente de nuestro pensamiento.
 
 
 
 
A ESE AMIGO/A QUE SE VA
              
 
 
La mañana serena y silenciosa,
 
nos trajo la triste   noticia de tu partida,
La muerte sigilosa te envolvió con su manto,
dejándonos  para siempre abierta una gran herida
 
Tus ojos desnudos y tan vacíos  de amaneceres,
ahora cerrados, ya no los podrán volver a contemplar.
La sonrisa, esa  que siempre colgaba de tus labios,
donde quedará ahora que tú ya no estás.
 
Y ahora, las calles por las que siempre has andado
se quedarán huérfanas sin tus pasos
y en silencio llorarán tu ausencia.
 
Esos rincones que tu sonrisa iluminaba,
quedarán oscuros para siempre,
y en silencio echaran en falta tu presencia
 
 
El viento que ya no podrá volver a jugar con tu pelo,
y con furia se arremolinará en rincones, ventanas y puertas.
Buscando una respuesta donde no hay pregunta,
preguntándose ¿Por qué? pero nadie contesta.
 
Con rabia, impotencia  y dolor cuantas veces
familiares y amigos nos hemos preguntado:
¿Por qué la vida es tan injusta a veces?
¿Por qué tan pronto te arrastró de nuestro lado?
 
Y ahora, el pueblo en el que has vivido,
estará como huérfano sin tu presencia
y sin consuelo llamará a ese amiga/o ausente.
 
Las plazas y rincones que con tu mirada iluminabas,
con gritos sordos llorarán tu ausencia,
y quedarán oscuros para siempre.
 
                           *******
 
A ese amiga/o compañero/a socia/o que un día nos dejó.
Aunque nadie desaparece del todo mientras haya alguien que le recuerde.
Estos dos sonetos finales los escribí en el año 2007, también con motivo de una perdida en El Real, que me impactó: una madre muy joven que dejó marido y dos críos. Fue publicado en la revista Real núm. 38. Boletín Informativo de la ACDT El Piélago.

...la próxima semana continuaré con el Brujo del Castillo.
 
 
 
 
 
 
 
 


 

lunes, 5 de noviembre de 2018

El Brujo del Castillo, Maestro Nacional (III)


Poco tiempo estuvo don Enrique practicando la enseñanza en El Real ya que, en agosto de 1923, le notificaron que había sido destinado, con una plaza en propiedad, a Puebla de don Rodrigo en la provincia de Cuidad Real

A pesar del escaso tiempo que estuvo en El Real, nuestro pueblo, no llegó al año, conoció a una joven que poco tiempo después sería su esposa.

 

Llegar a su nuevo destino le supuso toda una aventura: 50 kilómetros en burro, desde Piedrabuena cabeza de partido, con toda clase de incidentes en el trayecto. Quiso el destino que en su nuevo pueblo no hubiera medico y mira por donde la primera noche que llegó ya tuvo que ejercer como tal. Y no le queda otra opción que, después de atender sus labores profesionales como maestro, atender a los enfermos del pueblo con bastante buen criterio.

Eran años de caciquismo y en Puebla de don Rodrigo, el bipartidismo hacía que hubiera dos bandos irreconciliables, a pesar de que los partidos a los que representaban, aguileristas y gassetistas, se habían unido en la capital. Sin él saberlo su escuela sirvió para hacer un pucherazo electoral a favor de los aguileristas, que eran quienes ostentaban el poder en el pueblo: su amistad con las autoridades le sirvió para que se hicieran unas obras, por otra parte muy necesarias, en su escuela. Ésta estaba ubicada en el mismo ayuntamiento. Con tablas hicieron una pared para separarla del concejo. Las tablas, que no serían de muy buena cualidad o la falta de seriedad del carpintero, pasados unos días se abrieron, dejando grietas en la pared. El secretario aprovechó y, en el otro lado de la pared,  puso un armario bastante voluminoso. Lo que no sabía el maestro era que el carpintero había dejado una trampilla, que coincidía con otra en el armario; por dicha trampilla, el día de las elecciones, entró un niño que se quedó todo el día en el armario y así, durante la comida,  poder cambiar las papeletas de un partido por el otro en la urna.

 

No estuvo mucho tiempo en Puebla de don Rodrigo, pero si el suficiente para coger prestigio como maestro y como médico:

Como maestro acudió en Cuidad Real a un cursillo de ampliación donde triunfó como ponente exponiendo los nuevos métodos de enseñanza, entonces en plena vanguardia,  Delcroyanos; como médico: llegaron a cazar al pueblo un grupo de personas importantes de Cuidad Real y de Madrid, entre ellos, un prestigioso cirujano de la capital de España, que se ofreció para acompañar al maestro a visitar a los enfermos. Al terminar la visita este prestigioso cirujano le dijo al alcalde: ”No sé cuanto valdrá este muchacho como maestro, pero como médico, quizá valga tanto o más que el que tenga que venir”

                                Año 1952.  Niños de comunión.
                                                       Imagen del Archivo de la ACDT El Piélago. 
                                                                   Cedida por Marcelino "Uvas"
 
Su nuevo destino fue Piedrabuena, donde llegó cuando en España se estaba asentando un nuevo gobierno bajo la tutela del dictador, Miguel Primo de Rivera. Por orden directa de las nuevas autoridades del país fue nombrado alcalde de su antiguo destino. Alegó que tenía que tomar posesión del nuevo y que de no hacerlo podría tener consecuencias profesionales en el futuro. Ante estas razones el Gobierno Civil le nombró concejal- interventor del Ayuntamiento de Piedrabuena. Alegó  que no conocía a nadie en el pueblo, que era un recién llegado; “precisamente, los motivos que acaba de exponer para disuadir el compromiso son los que buscamos. No tener experiencia política y no conocer a nadie en el pueblo, es necesario para no estar ligado a intereses particulares de nadie y hacer la gestión con los criterios que marca la Ley, por  lo que debe usted aceptar la proposición ya que de lo contrario está usted obstaculizando la planificación que intenta llevar a cabo el nuevo orden establecido y se le aplicará la norma con contundencia ¿ha oído hablar de Mahón?”

 

Aceptó el cargo impuesto y desde el primer momento tuvo que enfrentarse a los caciques de ambos bandos. Comenzaron las discrepancias por el dinero del pósito:

En el Ayuntamiento de Piedrabuena siempre había un remanente del pósito. Este dinero lo disfrutaban varios vecinos amigos del alcalde de turno, que en el momento preciso y ante una inspección, que se comunicaba previamente, se reponía para hacer el arqueo y firmar las actas. A este trapicheo se negó rotundamente el maestro y concejal interventor de hacienda alegando que: “ese dinero está depositado por si alguien lo solicita de necesidad y yo respondo de ello. De forma que el dinero no se mueve si no es bajo la norma establecida y con la publicidad suficiente”.

Ésta y otras actuaciones mirando siempre el beneficio del pueblo, y que solían terminar en sanción, sin tener en cuenta si el infractor era un cacique o el bando al que pertenecía, llegó a sancionar a una Ferretería del propio alcalde por no cumplir las normas, hicieron que su estancia en el pueblo se fueran deteriorando. La más afectada por esta situación era su esposa, una joven de El Real de San Vicente, que no estaba acostumbrada a este vacío que las gentes la hacían: llegó a negarse a salir de casa.

 

Ante esta situación tan deteriorada y en vistas de no poder mejorar ya que cuando pasó la dictadura, volvieron a imponerse, con más soberbia si cabe, de nuevo los caciques de siempre, ahora representados por los descendientes de los de antes, un concurso de traslados fue como una tabla de salvación para él y su familia, sobre todo para su mujer ya que el puesto solicitado y finalmente conseguido por el maestro era precisamente, El Real de San Vicente, el  pueblo se su esposa.

Habían pasado siete años desde su anterior estancia en El Real, aunque todos los veranos había pasado las vacaciones en él, ahora volvía para quedarse, casado y con tres hijos pequeños, y practicar su profesión enseñando a los niños, jóvenes y adultos.

lunes, 29 de octubre de 2018

El Brujo del Castillo, Maestro Nacional (II)


     Estuvo al frente de la farmacia de Fresno de Candespino, pueblo de Segovia y muy cercano a Cascajares, precisamente esos años (1918-1920) en que una epidemia de gripe, conocida como Gripe Española, afecto al mundo entero con más de 20 millones de muertes. En España afectó a unos 8 millones de personas y fallecieron unas 160.000, y eso a pesar del carácter benigno de la epidemia.  Don Enrique ayudó al médico, visitando a los enfermos, al farmacéutico preparando fármacos y al cura de Fresno de Candespino, con el que le unía una sincera amistad, a dar los últimos sacramentos a los enfermos. En alguna ocasión, casi obligaba al sacerdote a cumplir su obligación ya que éste se mostraba reacio a visitar a algún moribundo por miedo al contagio. No fue el cura sino el maestro quien se contagió con la enfermedad. Jugó con la muerte y ganó la partida a la “Dama del Alba”.    

    Pasado el tiempo y la epidemia fue un macabro recuerdo, un amigo que se presentaba a diputado, y que no tenía labia suficiente, le pidió que diera los mítines por él. Después de consultar a sus amigos de Fresno de Candespino, ya que eran del partido contrario y no quería enemistarse con ellos, al fin y al cabo eran los que pagaban su sueldo, y éstos le dieron permiso para ayudar al futuro diputado, al que creían que ni con la ayuda de Divina lograría el escaño.   

   Pero se equivocaron y ya fuera la ayuda del maestro dando mítines por él, o la ayuda del cielo, este hombre sacó su acta de diputado.

   A partir de entonces a don Enrique se le empezó a mirar mal en el pueblo, eran años de un alto grado de caciquismo,  y regresó a Madrid con el propósito de sacar, de una vez por todas, una plaza de maestro.

 

    Una vez más suspendió la oposición, pero ahora,  no por no dar  la puntuación   suficiente que la dio, sino porque uno de los políticos que le reprochó en Fresno de Candespino el haber ayudado a un adversario político a conseguir su acta de diputado, y que ahora estaba en el poder, habló largo y tendido con el tribunal, y a partir de la sexta plaza, que era la suya, suspendieron a los demás de lista, ocho en total, que habían sacado suficiente nota para aprobar la citada oposición. A don Enrique le dolió aquella maniobra, sobre todo porque por él, suspendieron a otros opositores que iban detrás en la lista con nota suficiente.

    El Obispo de Ávila visita El Real. 1ªfila: Cuñada de Amelia, Carmen,  Mª Luz, Lola, Sagrario, Sabina, Julia, desconocida, Carmen, Celia, desconocida, Sagrario, Lute; 2ª fila: desconocida, Merce, Domi, desconocida, Gregoria, Anto, Paca, Conce; 3ª fila: Edu, Dalia, Eva, Carmen, desconocida, Enrique Magaña, cura, Manolina, Obispo, cura, Arturo el maestro, Lola, Nasta, Adelina, Quica la zocata; detrás: fide, desconocida, Manolete, Viti. foto del archivo de la ACDT El Piélago, cedida por Víctor Moreno Maqueda.


    Durante todo ese tiempo vivió dando clases particulares y ayudando a su hermano Nicolás en un bar que éste regentaba.

    Estando un día en el bar con el papeleo tuvo una anécdota muy curiosa: un tendero (pastelero) del barrio le dijo que había soñado que si pasaba unos recibos de lotería por su espalda, le tocaría. Don Enrique a consecuencia de un mal de Pot en la infancia, tenía una malformación en la columna vertebral, y ya se sabe que hay supersticiosos que creen que pasar un número por una espalda malformada trae suerte. Después de pasar los billetes por su espalda, el tendero le regaló un décimo del 4416. Y sí, no se sabe si fue la espalda del maestro, o porque tenía que suceder así, les tocó el premio: 12.000 pesetas, de las de entonces (de 1920), al décimo.

    Una buena parte de ese dinero se lo dio a su hermano, que tenía problemas económicos en el bar. Y se lo devolvió poco a poco “no en dinero sino en afecto y cariño que tiene mucho más valor”

    Mientras tanto seguía preparando su oposición, que aprobó con el número 83. Al aprobar con un número tan alto tendría que pasar bastante tiempo hasta que una plaza quedara vacante, por lo que pidió una plaza de interino, y le fue concedida el 25 de septiembre de 1922 en un pueblo del noroeste de Toledo, concretamente El Real de San Vicente, “ lugar pequeño de unos 2000 habitantes. Me indicaron que se encontraba en las estribaciones de la Sierra de Gredos y relativamente cerca de la cabeza de Partido que a su vez era la estación de ferrocarril más cercana”


    Don Enrique llega a Talavera el 28 de septiembre con su maleta y un paquete de libros, que le acompañaba siempre. Se dirigió a la Posada de la Cruz y preguntó al posadero si había alguien de El Real de San Vicente. Allí le presentaron a una pareja, y le comentaron que esperaban a otro señor, del citado pueblo.

   La pareja, a la que se presentó como el nuevo maestro de El Real, se ofreció para acompañarle hasta el pueblo y llevarle la maleta y los libros. Llegó la otra persona que estaban esperando y, después de comer, todos juntos emprendieron la marcha hacia el pueblo.

   Durante la comida, el recién llegado se presentó al maestro como Teodoro. Éste hombre había estado 20 años en Argentina y, ya mayor, volvió a sus orígenes con la intención de poner un negocio.

   El trayecto, de Talavera al pueblo, lo hizo montado en burro. Al maestro le fueron explicando los accidentes geográficos y los espacios abiertos. Al llegar a un extenso prado que atravesaba la carretera, le explicaron que era el Prado del Arca. Los animales que allí pastaban eran de la viuda de Ortega, de cuya ganadería había salido “Bailaor”, el toro que mató a Joselito en la plaza de Talavera en las Ferias de Mayo de 1920. Por el Camino se puso de acuerdo con Teodoro, que tenía “una buena casa muy bien situada, al lado de la carretera, con una terraza abierta y cubierta por un parral” (enfrente del actual Tico Tico, donde hace unos años estaba el bar de la Parra). En casa de Teodoro se hospedaría el tiempo necesario.

...continuará la próxima semana.