Visitantes


contador para web

lunes, 12 de noviembre de 2018

Estoy triste, muy triste.


 Interrumpo esta serie de post sobre El Brujo del Castillo porque estoy triste, muy triste:

A muerto un amigo, un buen amigo, un gran amigo.

Por tres o cuatro horas no pudimos despedirte ¡te fuiste con tanta prisa!

¡Qué vida tan injusta! ¡Qué muerte tan ciega, tan… Habiendo personas muy mayores postradas en camas… sufriendo ellos y los que están a su lado…

…y tú, tan joven, con tantas ganas de vivir, de ver crecer a tus nietas, conocer al que está en camino…

Dos días antes pediste a tu mujer que nos dijera que el dinero que pensáramos gastar en coronas y flores, sería mucho más provechoso donándolo para la lucha contra el cáncer.

Tampoco pudimos velarte ni enterrarte acompañando a tu familia, que es nuestra también: con tu último suspiro, tu cuerpo fue trasladado en una  ambulancia a la universidad autónoma. Tan generoso y solidario como siempre: habías donado tu cuerpo a la ciencia para que sigan estudiando contigo algún remedio para los demás.

 


 





Estas paginas

están huérfanas sin tus ojos,

sin tu critica,
sin tus acertados comentarios.
Fuiste grande hasta el último instante:
Tan esplendido, tan generoso, tan solidario…
Nada era tuyo… ni siquiera tu cuerpo.
Te fuiste con la melodía de un arpa
y el sonido del mar que tanto amabas.
Aunque no te veamos estarás siempre a nuestro  lado.
Nadie muere del todo mientras haya alguien que lo recuerde
y tú te ganaste estar en un rinconcito de nuestro corazón
y en un lugar preferente de nuestro pensamiento.
 
 
 
 
A ESE AMIGO/A QUE SE VA
              
 
 
La mañana serena y silenciosa,
 
nos trajo la triste   noticia de tu partida,
La muerte sigilosa te envolvió con su manto,
dejándonos  para siempre abierta una gran herida
 
Tus ojos desnudos y tan vacíos  de amaneceres,
ahora cerrados, ya no los podrán volver a contemplar.
La sonrisa, esa  que siempre colgaba de tus labios,
donde quedará ahora que tú ya no estás.
 
Y ahora, las calles por las que siempre has andado
se quedarán huérfanas sin tus pasos
y en silencio llorarán tu ausencia.
 
Esos rincones que tu sonrisa iluminaba,
quedarán oscuros para siempre,
y en silencio echaran en falta tu presencia
 
 
El viento que ya no podrá volver a jugar con tu pelo,
y con furia se arremolinará en rincones, ventanas y puertas.
Buscando una respuesta donde no hay pregunta,
preguntándose ¿Por qué? pero nadie contesta.
 
Con rabia, impotencia  y dolor cuantas veces
familiares y amigos nos hemos preguntado:
¿Por qué la vida es tan injusta a veces?
¿Por qué tan pronto te arrastró de nuestro lado?
 
Y ahora, el pueblo en el que has vivido,
estará como huérfano sin tu presencia
y sin consuelo llamará a ese amiga/o ausente.
 
Las plazas y rincones que con tu mirada iluminabas,
con gritos sordos llorarán tu ausencia,
y quedarán oscuros para siempre.
 
                           *******
 
A ese amiga/o compañero/a socia/o que un día nos dejó.
Aunque nadie desaparece del todo mientras haya alguien que le recuerde.
Estos dos sonetos finales los escribí en el año 2007, también con motivo de una perdida en El Real, que me impactó: una madre muy joven que dejó marido y dos críos. Fue publicado en la revista Real núm. 38. Boletín Informativo de la ACDT El Piélago.

...la próxima semana continuaré con el Brujo del Castillo.
 
 
 
 
 
 
 
 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario