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lunes, 18 de febrero de 2019

Esperanzas Rotas (III)


Nos quedamos los dos en silencio mirando el agua no muy limpia que avanzaba lentamente a su encuentro con el mar.

No lo pienses compañero habló de nuevo Collao, aunque esta vez con convencimiento de lo que decía . Tu familia más temprano que tarde  se reunirá contigo allá donde estés. Ahora tienes que hacer saber a todo el mundo lo que está haciendo el gobierno  fascista en España. La única esperanza que nos queda es que las democracias se den cuenta de que el fascismo traerá  a la ruina a Europa, y su reacción, no sea demasiado tarde para impedirlo. Sólo así nos ayudarán a derrocar al régimen del Funeralisimo.

Quedamos de nuevo en silencio. Una pareja de jóvenes, no muy lejos de nosotros, se besaba con pasión, ajenos a todo lo que les rodeaba.

Me han llegado noticias de una operación que se está preparando por el Valle de Arán dije al cabo de un rato de silencio.

El compañero me miró con preocupación meneando negativamente la cabeza y dijo:

Mira Cabezuela, eso es una locura, otra más, que están preparando los “chinos”[1]. No los apoya nadie, ni republicanos, ni socialistas y mucho menos nosotros. Olvídate de volver a España como un guerrillero por el Valle de Arán. Tu sitio está aquí y harás lo que la Organización te ha encomendado. En todo el  mundo se tienen que enterar de las matanzas de presos que está haciendo el nuevo régimen en España.

¡Yo no soy periodista!  Soy un hombre de acción. Tú bien lo sabes, y la Organización también.

─ Yo te he escuchado hablar en mítines en Madrid. He visto como convencías y levantabas a la gente aplaudiendo con signos de aprobación. Mira Cabezuela la Organización sabe muy bien de que pasta estamos hechos cada uno, y lo que cada uno somos capaces de hacer. Tu misión a partir de ahora será dar a conocer a todo el mundo,  y muy especialmente a la opinión pública de los países democráticos, las matanzas de gente indefensa que están ocurriendo ahora en nuestro país.
 
 

─ No digas que no ─ corto Collao al ver el movimiento negativo de  la cabeza de su interlocutor ─. Es lo que quiere la Organización. Debes acertarlo.

─ No sé, no sé …                                                                             

  Qué tal estas en la pensión ¿Te tratan bien? ─ pregunto Collao tratando de cerrar la discusión.

─ Sí. El trato es magnífico. Después del campo de concentración en  la playa cualquier cosa es buena. Por cierto, ¿habéis conseguido sacar a más españoles de aquel calvario?

Sí, pero aún quedan muchos. Estos gabachos cabrones están engañando a muchos compatriotas: con la promesa de sacarles del campo los hacen apuntarse  a la legión extrajera.

Seguimos hablando durante unos minutos hasta que nos despedimos con un fuerte abrazo mientras Collao me recordaba:

─ Estaremos en contacto. No olvides tu misión. Es muy importante que se sepa lo que ocurre ahora en España.

Otra vez solo frente al Sena y sus aguas tranquilas. Todavía estuve largo tiempo contemplándolas. No tenía nada que hacer y en esas circunstancias el tiempo corre poco.

De regreso a mi nuevo hogar, pensaba en la posibilidad de volver a España como guerrillero por el Valle de Arán. Estaba decidido a hacerlo aunque me tuviera que enfrentar con la Organización.

“Soy hombre de acción, no de estar en despachos”, me dije a mí mismo. Tenemos que echar del poder a los salva patrias que se levantaron contra el pueblo trabajador. Esos que se vieron con el derecho por mandato divino, faltaría más, de tutelar la vida de los españoles, ¡los españoles estamos capacitados para tutelárnosla nosotros mismos!

Continuara...

[1] Así eran conocidos por los trabajadores, sobre todo los pertenecientes a la CNT, durante la II Republica los comunistas, que por aquel entonces era un grupo muy reducido casi marginal, por las pintadas que hacían alabando al soviet chino.

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